¿Y por qué? ¿No es muy duro?

Muchas veces me han hecho esas dos preguntas y como me la han vuelto a hacer y aprovechando que el otro día una compañera de trabajo mandó un precioso vídeo al grupo de Whatsapp he decidido que era un buen momento para contestar esa pregunta y que todo el mundo supiera la respuesta.

Estas dos simples preguntas suelen aparecer cuando alguien me pregunta por mi trabajo. ¿De que trabajas? suele ser la pregunta. La respuesta: soy enfermera pediátrica y suelo estar o bien la planta de pediatría o bien en neonatología, mi pasión y lo que de verdad me llena y me gusta, estar en neonatología. No confundir una unidad de neonatología con el nido o la planta de maternidad. En una unidad de neonatología están o bien los bebes prematuros o bien aquellos a termino que por la razón que sea necesitan cuidado especializados e intensivos.

Así que cuando a la gente le dices que trabajas en una unidad de neonatos, lo que suelen preguntar, antes incluso de preguntar si te gusta lo que haces es ¿Y por qué? ¿No es muy duro? para después añadir, yo no podría. 

Primero contestaré a la segunda pregunta. ¿Es muy duro? Pues si, a veces es muy duro, pero la mayoría de veces es muy gratificante. Es muy duro porque las cosas no siempre van bien, hay niños muy complicados, que dan mucho trabajo y aunque muchas veces salen adelante, otras veces no es así, y es muy duro que un niño no vaya bien, tener que decirle adiós a una vida que acaba de empezar, es muy duro y es más duro cuanto más tiempo lleva el niño ingresado y por lo tanto ya tienes un vínculo con ese niño y sus padres. Eso no quita que aunque el bebe acabe de ingresar y se vaya sea doloroso, lo es, pero no es lo mismo, es un tipo de dolor diferente. Y sobre todo es muy desolador que esa vida se vaya en tu turno, que seas tu la que tengas que decirle adiós, si bien que te digan que un niño ya no está, que se ha ido en el turno anterior o el día anterior es duro. Pero estar en el momento es todavía más desgarrador, no solo por tener que decirle adiós a ese bonito bebé, sino porque también están unos padres destrozados que han perdido lo más bonito de su vida.

Y entonces si es tan duro os preguntareis la primera pregunta ¿Y por qué? Pues porque ahora gracias a la tecnología y los avances médicos cada vez son más los pequeñines que salen adelante y sobre todo salen adelante sin secuelas. Hace no muchos años, muchos de estos niños si lograban irse a casa, se iban con importantes secuelas, pero ahora cada vez son menos los que se van con alguna secuela, y éstas suelen ser de menor importancia que antes. Así que es un placer decirle a unos padres cuando se van a casa ¡Disfrutad mucho de vuestro bebé! Y sobre todo decir esa frase a unos padres el hijo de los cuales ha costado mucho sacar adelante, niños que han dado mucho trabajo, que más de una vez has pensado, por favor que vaya bien, de hoy no pasan, que no me toque a mi... y que por lo tanto nos han hecho sufrir a todos (padres y personal) y ver llegar el día en que por fin se van a casa y que se van estupendos, lo hace todavía más gratificante. Y todavía es más gratificante es cuando vienen a verte meses e incluso años después y los ves guapos, grandes, riendo, hablando, corriendo... como cualquier otro niño de su edad. Es por todos esos niños que salen adelante y que sin unos cuidados especializados muchos no lo lograrían, que este trabajo, pese a que en momentos sea muy duro a la vez lo haga tan gratificante, satisfactorio, bonito, hermoso y esperanzador. 

Y aquí os dejo el vídeo culpable de esta entrada, que creo que resume muy bien todo lo que he dicho y porque pese a los momentos duros que tenemos que vivir, sea un trabajo muy gratificante y hermoso. Así que solo me queda presentaros al pequeño Francis (ver con unos pañuelos a mano).